viernes, 18 de octubre de 2013

VENDEDOR DE SUEÑOS

Vendedor de sueños,
volvi al lugar,
donde por ultima vez,
vi tu sonrisa,
fue duro entrar,
y no encontrarte,
no ver tu desastre,
tu luz en la mirada,
tu prisa en la palabra.
Paso tiempo, demasiado quizas
entre tu marcha y estas letras
pero a veces las frases no fluyen
hasta que las lagrimas se secan.
Hoy escribo pensando en ti,
en tu mala suerte,
en tu horrible muerte.
Porque tu eras bueno,
bueno de corazon,
de alma, de sentimiento.
La vida fue injusta contigo
y tu que eras un luchador,
fuistes vencido,
ciego de amor,
cayeron tus armaduras,
sin ser guerrero,
pues tan solo tu nobleza,
siempre vencia.
Tu , solo vendias sueños,
no estabas preparado para luchar,
tus heridas eran tan grandes
que quedastes alli, lejos, solo.
Esa batalla estaba perdida,
desde el principio,
y tu no lo supistes ver.
Quedo un vacio en el aire,
un dolor en las entrañas,
de todos los que te quisimos.
Dejaste unos  pequeños seres, que fueron tu ilusion,
y tu mas bello sueño.
Que no quede tu alma vagando
sin descanso por playas lejanas,
que repose en paz para siempre,
ya no quedan sueños por vender,
ni lugar sin descubrir, ni viaje sin terminar,
donde no brote tu recuerdo.

lunes, 7 de octubre de 2013

LA JUSTICIA

En la justicia justa,
sólo vive la gesta de la paz.
Nadar en armonía,
sin vencedores
ni vencidos,
es el más cálido
concierto a la concordia
y el más sublime ensamblaje justo.
Nadar en armonía,
sin vencedores
ni vencidos,
es el más cálido
concierto a la concordia
y el más sublime ensamblaje justo.
El hombre tiene hambre,
hambre de ley natural
ante tanta ley sin ley
a la justicia social,
necesidad de vuelo,
ansiedad de verdad,
frente a tantas necias mentiras

TE AÑORO

De tus ojos oscuros se bebieron los míos
tu mirada extendida de quietud y veranos,
se mudaron los montes a senderos extraños
a beberse las lágrimas de la roca y los ríos
Te esperé como tantos retoños su poda
como en la última brisa, la tarde, el rocío   
como prosa en la sed de la rima del río
y las letras sedientas de la miel de mis odas
Cuando llega la tarde su agonía al ocaso
con celajes azules del horizonte acomodan
a mis manos abiertas añorando tus recuerdos