Me han herido escondiéndose en la oscuridad,
cerrando con un beso su engaño.
Los brazos me arrojo al cuello, y por la espalda
rompiéndome a sangre fría el corazón.
Y ella continua alegre su camino,
contenta , complacida , helada, ¿y por qué?
Porque no sale sangre de la herida...
¡Porque el muerto está en pie!
Y me despedí sabiendo que no quería irme.
ENCARNA DIAZ SERRANO